Revisando algunos de los comentarios recibidos sobre mis últimos artículos, una de las personas que dejó testimonio de su parecer me solicitaba que escribiera sobre la deuda en las familias canadienses, pues había escuchado decir que era una de las más altas del mundo desarrollado. Creo que una excelente manera de comenzar a abordar el tema del endeudamiento es familiarizarse con lo que en inglés se conoce como “The Time-Inconsistency Problem” (TIP).
En buena lid, el TIP trasciende el ámbito familiar. De hecho, es un fenómeno que afecta prácticamente a cualquier aspecto de la vida cotidiana, incluso a las grandes economías, cuando de finanzas se trata (la política monetaria que siguen algunos bancos centrales en algunas situaciones es un buen ejemplo).
Así, con frecuencia tenemos un plan el cual estamos seguros de que en el largo plazo nos aportará beneficios significativos y necesarios. Sin embargo, con frecuencia no podemos evitar “reorganizarlo”, de tal manera de obtener ciertos ¿beneficios? a corto plazo, pero en detrimento del beneficio que en el mediano y largo plazo este plan nos aportaría.
Tomemos el ejemplo clásico: cada fin de año nos hacemos la firme promesa de establecernos un régimen alimentario saludable, el cual nos permitiría vivir una vida más larga y robusta. Es un plan a mediano y largo plazo que necesita un mínimo indispensable de tiempo. Sin embargo, todavía no ha llegado la mitad del mes de febrero y ya no podemos evitar comprar ese pote extra de helado bien cremoso que “nos encanta”. Poco tiempo después tampoco podemos evitar ese queso exquisito, o esos baklavas que solo el primo-hermano de la Diabetes pudo haber concebido como receta…
En otras palabras, más temprano que tarde derivamos en el no poco común escenario donde somos incapaces de consistentemente respetar un buen plan el tiempo mínimo necesario.
Las finanzas personales y familiares no escapan a este problema de la inconsistencia del tiempo. Con frecuencia, desafortunadamente, por acceder a determinados «gustos» a corto plazo nos embarcamos en una secuencia de compras indiscriminadas que pronto nos sumen en un alto y peligroso nivel de endeudamiento, además del stress subsecuente que este endeudamiento trae consigo. Al mismo tiempo que de un plumazo echamos a un lado, al menos temporalmente, la posibilidad de crear un futuro equilibrado y seguro, por ejemplo: comprar nuestra casa, estar básicamente protegidos ante cualquier situación imprevista, ayudar al estudio de nuestros hijos, o sentar las bases de un retiro decoroso para el ocaso de nuestros días. En fin, de poder vivir una vida equilibrada, lo cual es sinónimo de estabilidad financiera (que nos es necesariamente ganar mucho) y de estabilidad emocional. Nada más cercano a eso que algunos llaman l'bonheur.
Importante: tiene hasta el 1ro de Marzo para cotizar a su REER (o abrir uno) si desea obtener las deducciones fiscales correspondientes al 2017 (o anteriores) en este 2018.
Si piensas que necesitas más información sobre este tema para tu proyecto personal, me puede contactar vía Zoom. Es gratis y sin ningún tipo de compromiso.
Recuerda: no dejes para mañana lo que debiste hacer ayer hacer ayer.
Коментари