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Foto del escritorGuillermo Varela Vallespi

Cuánto más puede caer la bolsa

Si se observa el comportamiento de los diferentes tipos de activos bursátiles desde comienzos de año, es un baño de color rojo lo que se encuentra. De manera marcada, desde hace varios días los principales mercados, especialmente los de Estados Unidos, están en franco descenso, al punto de que más de un índice se sitúa en zona de recesión o está muy cerca de alcanzarla (-20%), y varios se encuentran en franca zona de corrección (-10%). Sólo unas pocas excepciones han ofrecido rendimientos positivos desde el comienzo del año: el petróleo, el oro y los bonos de corta duración del gobierno americano son algunas de estas excepciones.


La pregunta que muchos se hacen entonces es: ¿cuánto más puede caer el mercado bursátil actual?


Nadie puede predecir con exactitud el momento en que la bolsa tocará fondo, sin embargo, hay varios elementos que nos permiten tener una idea de hasta donde pudiéramos continuar aún con la actual caída en picada.


Cómo llegamos aquí

Inflación

La pandemia provocó una caída abrupta de la demanda agregada al final del primer trimestre de 2020. Sin embargo, después de haber alcanzado su sima a mediados de ese propio año, la demanda de bienes y servicios no ha parado de aumentar de forma casi exponencial, especialmente en norteamérica y Europa. Han contribuido a ello la efectividad de la vacunación, la cual ha permitido retornar a una cierta normalidad en relativamente poco tiempo, y las sumas importantes de dinero en forma de diferentes tipos de ayuda que los gobiernos pusieron y ponen aún en manos de la gente y de los pequeños y medianos negocios.


Pero ni la recuperación ni la manera de abordar la pandemia han sido homogéneas en las diferentes regiones del planeta. En China, país con una influencia enorme en la balanza comercial mundial, todavía hoy se aplica una política de cero COVID., lo cual provoca que varios de sus principales núcleos industriales se mantengan cerrados. Ciertos insumos y mercancías que normalmente provienen del país asiático están entonces sin inventario en occidente, lo cual tiene como efecto derivado el empujar al alza el precio de varios bienes y servicios.


Adicionalmente, desde el 24 de febrero el mundo es testigo de un nuevo conflicto armado; esta vez entre Rusia y Ucrania. Ambos países son fuente de importantísimos recursos naturales y agroalimentarios. La guerra en sí, además de las sanciones sin precedentes impuestas a Rusia, han provocado que el suministro de estos recursos también se haya visto afectado de forma importante, por lo que el precio de varios de los bienes y servicios que de ellos dependen ha incrementado su valor en algunos de los países industrializados de mayor influencia en la economía global. Por ejemplo, comparativamente, año sobre año: en los Estados Unidos la inflación alcanza actualmente el 8.5%, en Alemania el 7.3%, en Canadá el 6.7%, en el Reino Unido el 6.2% y en Francia el 4.5%.


Las tasas de interés y la expansión cuantitativa

Ambos constituyen mecanismos a través de los cuales los bancos centrales controlan el flujo de dinero desde y hacia el sector privado: las tasas de interés bajas - como las vividas hasta ahora- permiten acceder al dinero de forma menos costosa, lo que a su vez incentiva el consumo de ciertos bienes y estimula la inversión de capital. Dicho de otra manera, un mundo donde el precio del dinero es casi cero tiende a favorecer el crecimiento económico y la demanda agregada.


Por otra parte, la expansión cuantitativa (la compra por parte del banco central de bonos del gobierno en el mercado secundario) provoca que aumente el precio de esos bonos y por lo tanto disminuya su rendimiento. Esto a su vez permite al gobierno acceder a capital fresco a un costo menor y expandir así su política fiscal, lo cual tiende a aumentar la demanda agregada.


Por temor a una inflación galopante que parece querer instalarse debido a esas tasas de interés en bajos históricos, unido a una expansión cuantitaitva que ha permitido inyectar billones de dólares a la economía, en la actualidad los principales bancos centrales están revirtiendo la política monetaria acomodante que habían seguido en los últimos años: ahora, casi de manera simultánea, están aumentado las tasas de interés y han detenido la expansión cuantitativa. Esto es el equivalente a utilizar el freno y la emergencia del auto al mismo tiempo.


El resultado

El mercado de valores está reaccionando a todo este escenario asumiendo que las probabilidades son cada vez mayores de que una recesión en la economía real ocurra en el corto o mediano plazo. Cuando el mercado de valores anticipa tal escenario, es natural que intente refugiarse en activos más seguros que las acciones, y entonces ocurre la caída en los valores bursátiles que observamos hoy. A su vez, ello provoca que disminuyan el número de transaciones, pues menos actores se ven interesados en participar en un mercado a la baja.


Una diferencia fundamental con situaciones similares en el pasado es que los bancos centrales están subiendo las tasas de interés de manera vertiginosa, lo cual ha provocado que los bonos – estabilizadores por excelencia de un portafolio de inversiones- no hayan podido jugar su rol tradicional (Ver mi artículo anterior: (Cómo la inflación está afectando el rendimiento de tu portafolio de inversiones hoy, y qué hacer)


Entonces, tomando en cuenta todo lo anterior, ¿hasta dónde puede caer aún la bolsa?


Llegado a este punto, lo que se conoce en inglés como “valuation” resulta tal vez la mejor herramienta para intentar anticipar hasta cuándo el mercado pudiera continuar su descenso actual.


Valoración (valuation)

Es el procedimiento por el cual se puede estimar el valor “correcto o aceptable” de las acciones de una compañía en el mercado de valores en un momento dado. Existen diferentes variantes de este procedimiento, pero el más común es ver el resultado del coeficiente entre: precio al cual se comercializa la acción vs dólares de ganancias (pasadas, presentes o futuras) por acción. En otras palabras, este coeficiente (P/E, por sus siglas en inglés) nos dice hasta cuánto el mercado está dispuesto a pagar por una acción de determinada compañía relativo a las ganancias por acción de esa compañía.


Un elemento muy significativo de este coeficiente es que su valor tiende a fluctuar alrededor de un promedio. En otras palabras, no tiende a aumentar ni a descender de manera sostenida, sino que tiende a orbitar alrededor de cierto valor. Lo anterior permite entonces tener una idea bastante aceptable de si el mercado está otorgando un precio desproporcionado a determinada acción o grupo de acciones.


A modo de ilustración, a finales de abril el mercado americano de acciones (el principal y más importante del mundo) mostraba aún un valor P/E de aproximadamente 19.3, bien por encima de su promedio histórico ( ̴15). Lo anterior muestra que, incluso después de varios meses de descenso desde comienzos de 2022, el mercado de acciones americano (en su expresión más amplia) todavía se encuentra por encima de su promedio histórico. Expresado de otra manera, las acciones que cotizan en el mercado de valores americano se comercializan todavía por encima de su valor justo. Por lo tanto, dada la situación actual, existe aún espacio para que su precio continue descendiendo.


Una variante que también es utilizada con frecuencia para poner en contexto el valor relativo del mercado de acciones en determinado momento es el CAPE (cyclically adjusted price-to-earnings ratio), por su siglas en inglés. En esta variante, en lugar de dividir por las ganancias actuales o proyectadas, divide por el promedio corrido de los 10 últimos años de ganancias, ajustados a la inflación. Este ratio fue creado por Robert Shiller, premio Nobel de Economía, y ha sido muy útil para encontrar burbujas bursátiles.


El valor justo o aceptable en perspectiva

Si tomamos el CAPE histórico de los Estados Unidos al cierre de abril (apróx. 35), podemos observar que aún se encuentra por encima de su promedio histórico (apróx. 24), lo cual implica que el valor actual es más elevado que el 90 % de cualquier valor en un momento anterior, desde 1980. Contrariamente, el CAPE actual de China solo ha estado más elevado un 10 %, en el mismo período de referencia.


Otra manera de poner en perspectiva el valor del mercado actual es analizar el ratio P/E del S&P 500 para diferentes períodos. Por ejemplo: el promedio de los últimos 5 años se encuentra un 7% por encima del valor actual (buena noticia), pero si tomamos los últimos10 años estaría aproximadamente un 3% por debajo (las noticias ya no son tan buenas); si lo retrocedemos 60 años baja a un 14% (las noticias son definitivamente preocupantes).


Todo lo anterior deja ver que, efectivamente, existe aún una sobrevaloración importante del mercado, presumiblemente causada por los eventos discutidos anteriormente, por lo que todavía hay espacio para que el mercado de acciones -sobre todo el norteamericano- siga perdiendo valor en el corto plazo.


La luz al final del túnel

Si bien es cierto que el mercado norteamericano parece estar sobrevaluado, no ocurre lo mismo en todas las zonas geográficas ni en todas las clases de activos: ya mencionamos el caso de China, pero también está Alemania, Japón y varios otros países, donde el CAPE actual está por debajo o muy cerca del promedio histórico, y representan oportunidades potenciales muy interesantes a corto y mediano plazo. Por lo tanto, parte de la clave para campear la tempestad pasa por tener un portafolio diversificado y un horizonte de inverisión lo suficientemente largo. En este sentido, te puede interesar: Qué significa tener un portafolio de inversiones diversificado.

 

Si piensas que necesitas más información sobre este tema para tu proyecto personal, me puede contactar vía Zoom. Es gratis y sin ningún tipo de compromiso.


Recuerda: no dejes para mañana lo que debiste hacer ayer hacer ayer.

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